Este verano ha sido particularmente triste. No hablo de la bajísima clase política de los legisladores y gobernantes mexicanos con el respectivo circo alrededor de reformas, informes y desinformes, tampoco del fracaso mexicano en el futbol internacional. Se han ido varios grandes, en diferentes áreas, pero grandes al fin de cuentas. El caso más trágico, sin duda, es el de Antonio Puerta, joven y talentoso jugador del Sevilla que apenas murió hace unos días. Pero a esta lista también se suman viejos como Antonio Aguilar, Ingmar Bergman, Michelangelo Antonioni y por último, quien es el que me motiva a escribir este post, Luciano Pavarotti. Justo el día que arranca la temporada regular de la NFL, un día especialmente alegre, me topo con la noticia de la muerte del tenor italiano, a quien siempre admiré y disfruté intensamente. Pasará mucho tiempo antes de que aparezca otro como él. Por lo pronto tenemos su obra, su voz, sus notas. Tendremos también el legado de los otros mencionados, inclusive tal vez alguna reflexión sobre las enfermedades del corazón y el deporte de alto rendimiento en lo que se refiere al malogrado Puerta. Por lo pronto, lo que sigue.
Descancen en paz.
1 comment:
Así de triste. Ya pasaron 15 días y todavía anhelo a la figura tan grande que fue Big Luciano.
Lo bueno es que nos tocó vivírlo. A mí por desgracia no En Vivo; pero tú cefaz creo tuviste la fortuna de que así fuera.
Pues a ver ahora que genio en ésa área llega.
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