Wednesday, April 16, 2008

Las alternativas espurias

"Lo que queremos es un debate nacional", dice el PRD. Dicen que la tribuna se toma para buscar el debate, para que no les apliquen el "fast track". No me cabe la menor duda de que esta reforma ya estaba negociada desde un inicio (así es como funciona) y que no sólo eso, sino que hasta las modificaciones que le iba a hacer el PRI también ya estaban acordadas. Por ese lado el PRD puede tener algo de razón, contrario a los que dicen que "si tienen tomada la tribuna entonces no se puede debatir". Y digo que tienen razón en el sentido de que no iba a haber ningún debate, ése ya se había dado antes entre el PRI y el PAN para llegar a lo que finalmente fue presentado de manera formal ante el Congreso.

Sería positivo que se hiciera lo que se pide, es decir, un debate nacional de varias meses que tome algunas semanas. Si bien es risible pensar que es eso en realidad lo que buscan (AMLO quiere ganar tiempo, es todo), la propuesta no deja de tener algo de sentido. Lo ideal es que después de esos debates, de esas discusiones, los cuales podrían ser programados de manera formal (tal como los debates de candidatos), sin publicidad alguna del gobierno o de la oposición hubiera un referendum nacional para ver si se apoya o se rechaza la reforma. Lo que se diga, se acabó.

Pero siempre hay un "pero". Vivimos en una democracia representativa. En el país no existe la figura del referendum, es decir, las decisiones y reformas de ley son tomadas en las cámaras legislativas, no por la población en general. Por lo tanto, es irrelevante para fines legislativos el que se hagan varias mesas de discusión, el que se debata de manera nacional un tema, el que sea. La cosa es muy simple: tienes la mayoría, tienes un resultado. Así funciona la democracia. Es por ello que la mojiganga perredista no sólo es ilegal, sino que carece de sentido alguno en las circunstancias actuales. A final de cuentas, como ya lo mencioné antes, esto no se trata del petróleo, de la democracia, de la voluntad popular o de salvar a la patria. Pase lo que pase, sea la propuesta que sea, se reforme como se reforme, se estará en contra. Esa es la voluntad del caudillo y debe de seguirse sin chistar. El resto, no son sino alternativas espurias.

Friday, April 11, 2008

Otra vez

Lo esperado. Una vez más se toma la tribuna de San Lázaro (que a estas alturas tiene más características de expendio de pulque que de parlamento nacional) por los grupos liderados por López Obrador, eufemísticamente llamados Frente Amplio Progresista (FAP). El tema, la privatización de Pemex, la entrega de la soberanía nacional, la venta de la patria, la alta traición. Todos éstos son los lemas cargados por sus aguerridos simpatizantes, a las que ahora se suman las coloridas adelitas. ¿Está enterrando definitivamente el PRD su capital político de cara al 2009? En cierta manera sí, ya que ésta no es sino la última parte (hasta ahorita) de una novela que comenzó en el 2006, la cual tuvo un momento climático en la toma de Reforma y su dosis de comedia en en el todavía inconcluso proceso de elección interna del PRD.

Si vemos la propuesta de reforma (me molesta llamara así ya que no es sino una reglamentación de actividades que se vienen dando desde hace décadas), efectivamente no hay nada referente a la privatización de Pemex o algo que se le parezca. Esto ya se sabía de antemano, justo como se sabía que la actitud de AMLO no cambiaría en relación al tipo de propuesta, sino al que exista una propuesta y punto. Busca aprovechar cualquier movimiento del Gobierno Federal para tratar de posicionarse en medio del debate político. En un aspecto lo logra, ya que sigue siendo noticia. Sin embargo, la percepción negativa de la ciudadanía sobre el PRD ha ido
aumentando, ubicándolos en la última encuesta (antes de la toma de la tribuna) con un 12% de las preferencias, muy por debajo de su histórico 17% y escandalosamente inferior a los resultados del 2006. Los que lo van a lamentar son los perredistas moderados. Pero pesa más que su líder los ubique como traidores a la patria.

Thursday, April 03, 2008

Zetas, Pemex, Humo blanco y humo negro

Veo en las noticias que la "guerra contra el narco" sigue. Sin embargo, el aumento paulatino de víctimas (ya superamos a los soldados estadounidenses muertos en Irak desde que llegó Calderón) sigue y parece que este año romperemos récord. Lo más triste de todo es que parece que el tema de la seguridad pública pasó a segundo plano para mejor enterarnos de si Juan Camilo Moriño firmó contratos o sobre si el PRD seguirá en su proceso histórico de destrucción interna.

Al mismo tiempo se sigue discutiendo sobre los vaivenes de la presunta reforma energética, la cual no será sino una legalización de la actualidad de Pemex. Justo como la Fiscal, ésta se quedará corta, en el terreno de lo probable y no en el de lo deseable. Así son las miras del gobierno de Felipe Calderón. Por lo pronto, creo que en el mejor de los escenarios se repetirá el karma mexicano: no pasa nada.

El humo blanco todavía no sale en el PRD. Ahora menciona Leonel Cota que "pues tal vez Cárdenas tenía razón" sobre la opción de nulidad de las elecciones internas. Sinceramente esperé un espectáculo, de esos que ya nos tienen acostumbrados los liderados por AMLO. Pero lo ofrecido hasta el momento ha sido sencillamente genial. ¿Puede ser esta la oportunidad para el surgimiento de una izquierda que se respete?

Hablando de eso, al parecer sigue teniendo cola la ley antitabaco. Alternativa Socialdemócrata, el único partido interesado en defender la causa políticamente incorrecta aunque moralmente sensata, insiste sobre la necesidad de un amparo contra esta arbitraria decisión. Retoman el discurso de la libertad, que al parecer ya no es tan importante para otros, por no decir para la mayoría. Curioso que tanta gente dé por sentado algo que nunca se ha tenido a plenitud.